Argentina. Otra enfermedad de la pobreza: Dengue [04/06/09]

Según la agencia Reuters informaba que, oficialmente, el Ministerio de Salud de la nación informaba que al lunes 20 de abril había 18.299 infectados. De los cuales 17.856 son casos autóctonos y 443 a importados (contraídos en lugar diferente al que habitan).

Un avance geométrico de 3.707 casos, el 30 de marzo, una semana después, el 7 de abril, había 7.500 casos. Mientras todos los casos confirmados o registrados para el período 1997 y 2008 fueron de 3.500 casos.

El 3 de abril pasado, la agencia EFE comunicaba que «el gobierno nacional admitía que el brote de dengue que afecta a provincias del norte del país es el «peor» de la historia, aunque insistió en que no se trata de una epidemia nacional«.

«Es el mayor brote de esta enfermedad, que transmite el mosquito «aedes aegypti», superando al 2004 cuando se registraron 1.493 casos autóctonos en las provincias norteñas de Salta, Jujuy y Formosa.

Según el director de Epidemiología del Ministerio de Salud, Juan Carlos Bossio, sostenía que era el peor brote y que ya se registraban tres muertos.

En la actualidad no tenemos datos precisos de los decesos.

Las muertes se produjeron en: Salta 2, Chaco 1, y en ese momento dos muertes más en estudio. Chaco 1 y Catamarca 1.

Por otro lado, en ese lapso, hace dos meses, las cifras del Ministerio de Salud confirmaban más de 5.000 casos, aunque extraoficialmente ya se hablaba de 11.000 afectados por la enfermedad, siete veces más que en 2004.

En declaraciones radiales, Bossio se negaba a hablar de epidemia y, en cambio, se refería a un brote. «En el caso estricto no es una epidemia nacional. Lo que tenemos son brotes en lugares circunscritos del país«, comentaba.

Precisó que «hasta ahora hay cinco provincias cuyas autoridades sanitarias han detectado que hay transmisión autóctona del virus del dengue«, aunque aclaraba que «en cada una de ellas, a su vez, la enfermedad no está extendida en todo el distrito«.

El Chaco tiene 9.237 casos. Catamarca: 5.630 infectado y Salta 1.796 personas que contrajeron el dengue.

Asimismo, la venta de repelentes necesarios para evitar la picadura del mosquito Aedes aegypti fueron presa de comerciantes y otros inescrupulosos que hicieron trepar sus precios a cifras exorbitantes, además de hacerlos escasear.

El denominado brote, que podemos decir es una epidemia ocultada, ya abarca gran parte de nuestro país, llegó a la provincia de Buenos Aires y a la misma Capital Federal, donde se comprobaron casos de dengue autóctono, en los barrios de Liniers y Mataderos.

Todo comenzó a principios de febrero con altas temperaturas y localizado en la pobreza de nuestro norte argentino. Donde prima la precariedad habitacional, la falta de agua potable, las pésimas condiciones de sanidad que lleva a la proliferación de los insectos.

Por otro lado, sólo aclarar que un caso autóctono es aquel en el cual el insecto picó a la persona en su lugar de residencia.

El dengue había sido erradicado en la región en la década de 1950, pero en los últimos 30 años ocurrieron fuertes brotes cíclicos que se repiten cada vez con más frecuencia. Vale recordar que hacia esa década gobernaba Salud Pública de nuestro país el doctor Ramón Carrillo, que luchó a brazo partido contra todas las epidemias ocasionadas por la pobreza y las malas condiciones de vida de la población.

Mientras tanto, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) registró en 2008: 826.000 casos en los países sudamericanos y en 2007: 737.000 infectados.

En Argentina el dengue reapareció en 1998, no es casual, desocupación y pobreza galopante. Desde entonces todos los años se registran casos, en algunas ocasiones con brotes fuertes como en 1998 y el 2004, cuando hubo más de 1.000 enfermos confirmados, según fuentes oficiales.

Según la OPS, Bolivia es el país más afectado por la enfermedad en la región, seguido por Venezuela y Brasil.

Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) anualmente se infectan de dengue unos cincuenta millones de personas. La dolencia se circunscribió a parte del Asia durante muchos años, pero se extendió, en la segunda mitad del siglo XX, a Sudamérica, América Central, Puerto Rico y Cuba en el Caribe. Este último país fue el que logró mejores resultados en la lucha contra el dengue.

Un poco de historia

En la Historia de las Palabras podemos encontrar que dengue data de 1732, que aparece por primera vez en la edición del diccionario de la Real Academia Española. Ergo, podemos argüir que ya se conocía, pero que no existen registros de dicha palabra.

Se dice también que, dicha mención, la de dengue, se relaciona con un comportamiento propio del sexo femenino, muy al estilo del siglo XVIII:

«Melindre mugeril, que consiste en afectar damerías, esguinces, delicadézas, males y à veces disgusto de lo que más se suele gustar. Es voz modernamente inventada«.

«Algunos etimólogos afirman que la palabra española proviene de una voz de la lengua africana swahili: dinga. Sólo en 1914, el ‘melindre’ cede su lugar a una “enfermedad febril, epidémica y contagiosa, que se manifiesta por dolores en los miembros y un exantema semejante al de la escarlatina”.

Por tal motivo como los infectados, los enfermos soportan prácticamente una invalidez durante algunos días, se cree que el dengue ha tomado su nombre del ‘melindre’, antes definido por este vocablo. El sentido de ‘melindre’ o ‘mimo’ perdura hasta hoy en lengua portuguesa en dengo ‘melindre’ y en dengoso ‘melindroso’.

El dengue llegó a la Argentina para quedarse, no es casual que la aparición de la gripe porcina haya borrada del mapa de la noticia al dengue. No es comparable unas decenas de casos con esta epidemia nacional, sin embargo una es contraída en la perversidad de la miseria y la pobreza mientras esta gripe A viaje en aviones y llega de la mano de aquellos que han ido de vacaciones a Estados Unidos.

Todas las enfermedades merecen atención sanitaria apropiada. Pero la realidad demuestra que existen prioridades y no son exactamente las apropiadas.

El dengue tiene en la actualidad, sin cifras confirmadas, más de 25.000 casos, el frío está ayudando, pero especialistas, entre ellos la Fundación Nelson Mandela sostiene que, si no hay, en esta etapa, una clara acción de erradicar los lugares donde el mosquito Aedes aegypti se encuentra agazapado, esperando salir, la situación en la próxima primavera será realmente alarmante, pero para muchos será tarde.

Por ello, volvemos a las políticas de Estado hoy inexistentes, que se suma a la discriminación tan «combatida» en los discursos, pero que se posiciona de la realidad inexorablemente.

Fuentes: Reuters, Agencia Comunas, La Fascinante Historia de las Palabras, diccionario, Nelson Mandela y fuentes propias.

-Enlace para este artículo:

https://www.argenpress.info/2009/06/otra-enfermedad-de-la-pobreza-dengue.html.

(4 de junio de 2009)