Mientras los desastres medioambientales siguen estremeciendo nuestros corazones, mientras los tiburones neoliberales siguen ahogando las economías, mientras las grandes farmacéuticas y las grandes empresas agroalimentarias siguen queriendo envenenarnos lentamente, mientras grandes poderes ocultos en las sombras trabajan incesantemente para convertirnos en sus esclavos, sumisos y cómplices de su barbarie, el alba de la regeneración despunta con la agricultura ecológica como estandarte simbólico de un nuevo mundo que está a la vuelta de la esquina.

Sí, todavía hay guerras por doquier, todavía hay empresas que sacrifican los recursos de todos en pos del bien de unos pocos, todavía los usureros y los especuladores dominan el mundo … Pero también es verdad que cada vez hay más
gente que está despertando y que no quiere formar parte de esa locura. Hay otras formas de alimentarse, de sanar, de consumir, de producir, de construir, de educar … y están en BioCultura.

La agricultura ecológica no deja de crecer y cada vez son más los que, además, buscan alimentos orgánicos y locales para cerrar el círculo ecológico. Cada vez son más las personas que construyen con productos sanos sin despilfarrar y con sistemas de ahorro de energía. Surgen bancos éticos. La eco-nomía local toma fuerza. Son inmensas minorías ya las personas que saben que hay que tomar las riendas de la salud desde las propias casas, desde las propias familias …

En fin, un nuevo mundo, más consciente, responsable y solidario, despierta. Lo que hoy es una vanguardia mañana será algo muy normalizado. No podemos bajar la guardia.

Debemos estar alertas.