Flores de Bach y emociones

Debido a los tiempos que vivimos, entre el consumismo y los ritmos laborales y de vida, y la revolución tecnológica y los rápidos cambios que comporta, se generaliza el estrés, el malestar y las jaquecas, los estados de pánico incluso, cada vez tienen una mayor incidencia las enfermedades crónicas, reúma, problemas en los huesos, debido a la dieta, a la falta de ejercicio, … Para Crabtree, «Un 80 o un 85% de las enfermedades actuales, también el absentismo laboral, guarda relación con el estrés».

Respecto a los efectos emocionales sobre el organismo, «Antes se creía que las principales causas del estrés eran los grandes choques emocionales, por ejemplo la muerte de un familiar. Hoy en cambio se piensa que no son esos grandes choques sino el gota a gota diario, los altibajos emocionales como fuentes de estrés, con un efecto muy negativo sobre el cuerpo a causa de frustraciones, desánimo, agresividad, desesperanza, .. Físicamente, el cuerpo, por el ataque de esas emociones, se llena de cortisona, adrenalina, …, hormonas negativas para la bioquímica del cuerpo, que llega a afectar al corazón».

La cuestión de las emociones se convierte en algo muy importante, pues «Comprender y entender ayuda a manejar. Si la emoción está en armonía hay una decisión positiva, a nuestro favor. Pero si no lo está, puede o haber una decisión opuesta o no haber ninguna decisión».

Las Flores de Bach es un sistema o herramienta, de 38 preparados florales y un compuesto , que enseña cómo «Manejar las emociones, todas las posibles». Para ello, lo primero es «Identificarlas, que ayuda en el proceso de cambio porque desbloquea los estados emocionales negativos». Con palabras de Paula Crabtree, «Como los antioxidantes combaten a los radicales libres, las Flores de Bach combaten las emociones negativas, que no son sino energía en movimiento e influída por el entorno, y desbloquean el sistema eléctrico del cuerpo. Son un sistema de ayuda, completamente inocuo, de tratamiento de todos los estados emocionales. «.

El Dr. Edward Bach, con una sólida formación como biólogo, homeópata, cirujano e investigador, consciente de la relación entre salud física y psíquica, desarrolló hacia 1930 en Gran Bretaña un sistema completo, de 38 remedios florales preparados con las flores de plantas silvestres, árboles o arbustos, para tratar con cada uno de ellos un sentimiento o emoción diferentes. Actúan las Flores de Bach estimulando la propia capacidad del cuerpo de equilibrarse a sí mismo, descargando los sentimientos negativos y para ayudar en el autocontrol y la toma de decisiones.

En el caso de una emoción no resuelta por mucho tiempo, la Flor de Bach que corresponda «Saca de dentro lo que tiene que salir, se puede uno sentir mal -llorar limpia, es muy sano. Por ejemplo, al tomar Manzano silvestre, flor de limpieza y pureza por excelencia, apropiada para personas que no se gustan, como en la anorexia y bulimia, puede salir urticaria en la piel, por expulsar lo que estaba bloqueado, o un constipado que estaba incubándose. Si se pasa por una crisis curativa, puede reducirse la dosis que se toma, es más importante la frecuencia en las tomas que la dosis»

Es una concepción que para el Dr. Bach trata a la persona, no la enfermedad, y que trata la causa, no el síntoma. Importa la forma en que la persona vive lo que le está pasando, y las flores de Bach tratan la forma en que se reacciona ante la enfermedad: «Si no se hace lo que hay que hacer, las emociones negativas llevarán a la enfermedad. Las emociones están detrás de las enfermedades, y con las flores de Bach se trata lo que hay detrás de esas enfermedades». Se trata de pensar en cómo vé la vida cada persona, cómo cada una es un mundo para reaccionar ante la misma enfermedad.

Los factores emocionales en la curación

El propósito de los remedios es apoyar la lucha del paciente contra su enfermedad corrigiendo la depresión, la ansiedad, el trauma y otros factores emocionales que, se cree, impiden la curación física. También se pueden utilizar de modo preventivo en momentos de ansiedad y estrés, y son particularmente útiles para todas aquellas personas que se sienten generalmente cansadas y en baja forma sin un diagnóstico médico específico. Los remedios pueden tomarse solos o conjuntamente con otros tratamientos, sin causar interferencias. Son completamente seguros, no tienen ningún tipo de efectos secundarios y no son adictivos. Son suaves en acción y se pueden tomar con seguridad por personas de todas las edades desde los recién nacidos hasta los ancianos. También son beneficiosos para los animales y las plantas, … Los remedios no pretenden sustituir a los tratamientos médicos, … No se utilizan directamente para problemas físicos, sino para la preocupación, la aprensión, la desesperación, la irritabilidad, etc., de la persona que sufre, porque estos estados mentales o emocionales no sólo impiden la recuperación de la salud y retrasan la convalecencia sino que generalmente son las causas de la enfermedad. ( La Obra del Dr. Bach: Una Introducción y Guía a las 38 Flores de Bach , Wigmore Publications Ltd., Londres, 1995, 1ª edición en español 1997).

Grupos y remedios florales

Se dividen los 38 remedios en 7 grandes grupos emocionales, bajo los que pueden clasificarse las personas y que representan los conflictos fundamentales del desasosiego y malestar emocional o «Las siete áreas de conflicto que interfieren en nuestra salud».

Dentro de estos grupos se encuentran 38 estados de ánimo negativos y «Cada remedio trata un aspecto específico de la dificultad, un estado emocional concreto».

El efecto de las Flores de Bach no es suprimir actitudes negativas, sino «Transformarlas en positivas, estimulando el propio potencial de cada uno por la autocuración y liberando la parte física para que pueda combatir plenamente la enfermedad y el estrés».

Cada remedio potencia las cualidades positivas de cada uno de los estados emocionales y mentales.

A menudo, resulta adecuada más de una flor para una persona, y puede combinarse hasta 6 o 7 remedios florales.

Como regla general, hay que tratar lo que se vé, lo que hay encima del estado emocional de cada persona porque «Lo que hay por debajo, irá floreciendo. Las personas sólo aprenden en función de lo que experimentan».

Paula Crabtree destaca la «Suavidad en la cura, que ocurre poco a poco», favoreciendo así que cada persona vaya «haciéndose con las riendas de su propia vida. Nadie es responsable del proceso de otro».

Los siete grupos emocionales son

Miedo.

Incertidumbre.

Desaliento o desesperación.

Falta de interés en el presente.

Soledad.

Hipersensibilidad a las influencias ajenas.

Preocupación excesiva por el bienestar de los demás.

Son Flores del grupo del Miedo:

Mímulo: para el miedo por causas conocidas, y para los niños sensibles y tímidos.

Castaño Rojo: para el miedo o la preocupación excesiva y desinteresada por los demás.

Cerasífera: para las personas al borde de la crisis nerviosa y para las rabietas de los niños.

Heliantemo: para el terror y el miedo que paralizan tras un accidente o una amenaza fuerte.

Álamo Temblón: para el miedo y ansiedad de origen desconocido o repentino, y para las fobias.

Son Flores del grupo de la Incertidumbre:

Hojarazo: para la duda y el cansancio, más bien mental pero real, del lunes por la mañana.

Aulaga: para la falta de esperanza y la desesperación aguda, así como para el enfermo crónico con dolor.

Genciana: para el desaliento, el desánimo, la incertidumbre y las perspectivas negativas.

Scleranthus: para quienes padecen indecisión, sobre todo entre dos posibilidades.

Avena silvestre: para cuando se tienen dudas sobre el camino a seguir en la vida, y en decisiones importantes.

Ceratostigma: para quien desconfía de sí mismo a la hora de tomar una decisión y busca el consejo ajeno.

Son Flores del grupo del Desaliento o Desesperación:

Alerce: para la falta de confianza que impide intentar algo al creer que fracasará.

Roble: para quien se encuentra agotado interiormente por un excesivo trabajo, pero sigue luchando.

Manzano silvestre: para quien no se gusta o se odia, y tiene una sensación de suciedad.

Estrella de Belén: para hacer frente a las consecuencias de un shock mental o físico, o de una pérdida.

Sauce: para el resentimiento, la autocompasión, la amargura interna del engaño en la vida.

Olmo: para quien se siente abrumado por las responsabilidades, como un estado negativo más bien pasajero.

Pino silvestre: para la persona que se siente con culpabilidad y autorreproche, y pide disculpas.

Castaño Dulce: para quien se siente con una angustia mental extrema, al límite de su resistencia.

Son Flores del grupo de la Falta de interés en el presente:

Olivo: para la falta de energía, el agotamiento total físico y mental, así como para una situación de convalecencia.

Castaño de Indias: para los pensamientos obsesivos y preocupantes, o los descontrolados.

Rosa silvestre: para la persona que se encuentra con resignación, apatía, falta de energía, que no se queja.

Madreselva: para quien vive en el pasado con nostalgia, apropiada para cualquier persona en la 3ª edad que vive sola.

Brotes de Castaño: para quien quiere olvidarlos y repite los errores del pasado.

Clemátide: para quien vive en su mundo y sin interés por el mundo real, quien vive en la ensoñación.

Mostaza: para quien experimenta una profunda tristeza sin causa conocida, o para una depresión repentina.

Son Flores del grupo de la Soledad:

Brezo: para el preocupado en exceso por sí mismo, para el obsesionado, para el hipocondríaco.

Impaciencia: para la persona impaciente y nerviosa que se irrita fácilmente.

Violeta de Agua: para la persona reservada, orgullosa, distante.

Son Flores del grupo de la Hipersensibilidad a las influencias e ideas ajenas:

Acebo: para quien siente odio, envidia y celos, inseguridad, por ejemplo para el niño celoso del hermanito.

Centaura Menor: para la voluntad débil, la sumisión, apropiada para la persona que no puede decir no.

Agrimonia: para la ansiedad y el tormento mental que la persona no aparenta, es también apropiada para las adicciones en general.

Nogal: para sentir protección y calma ante los cambios importantes o las influencias exteriores.

Son Flores del grupo de la Preocupación excesiva por el bienestar de los demás:

Vid: para la persona dominante, inflexible, agresiva, que domina a las demás.

Verbena: para quien tiene y demuestra mucho entusiasmo, también para quien tiene principios e ideas fijas y quiere convencer de ellas a los demás.

Haya: para la intolerancia, para quien critica los defectos ajenos, sin mostrar comprensión ante los errores.

Achicoria: para la persona egoísta, posesiva, para quien controla y manipula a sus seres queridos.

Agua de Roca: para hacer frente a la autorrepresión, a la autonegación, al sacrificio, también para quien siente y muestra inflexibilidad.

Hay además el Remedio de Urgencia (Rescue remedy) , combinación de 5 remedios florales (Impaciencia, Estrella de Belén, Cerasífera, Heliantemo y Clemátide), «para enfrentarse con una mente más tranquila a situaciones acuciantes y estresantes o a una experiencia de shock» o antes de una noticia importante, para reducir el miedo y calmar los nervios, y para restaurar el equilibrio en épocas de agitación emocional.

Se toma poniendo 4 gotas en un vaso de agua, bebido a sorbitos de vez en cuando, o aplicando 4 gotas directamente sobre la lengua.

Y también existe una crema remedio para uso externo, con los componentes del Remedio de Urgencia y Manzano silvestre, «indicada para todo tipo de erupciones cutáneas, asperezas, descamaciones, agrietamientos, eccemas, urticarias, contusiones y heridas abiertas, psoriasis, y antes de llevar a cabo ejercicios enérgicos».

Elegida la flor o combinación de flores, se ponen 2 gotas de cada flor en un frasco de color ámbar de 30 cc con cuentagotas y con agua mineral, y se toman 4 gotas 4 veces al día hasta que se note algún alivio; la dosis debe mantenerse unos momentos en la boca antes de tragar.

En su forma concentrada, los remedios pueden guardarse hasta 5 años.

Publicaciones para más información:

– La Curación por las Flores, Edaf, Madrid.

– El ABC de las Flores de Bach, Judy Howard, Lidiun, 1993.

– Preguntas y respuestas sobre los remedios florales, John Ramsell, Edaf, Madrid, 1993.

– El Diccionario de las Flores de Bach, T.W. Hyne-Jones, Lidiun, 1992.

– La terapia floral de Bach, Mechthild Scheffer, Urano, Madrid.

(artículo publicado en Conocer Arganzuela nº 84, julio-agosto de 1999)