Obesidad, tiroides y hormonas

Paloma Armisén, convencida de la importancia de bajar peso: “Porque la obesidad no es buena para
el sistema circulatorio, ocasiona enfermedades cardiovasculares y problemas renales;
también, y si no hay una buena alimentación, suele ir asociada al aumento de colesterol y
triglicéridos” (grasa en sangre que se adhiere a las paredes de las venas, originando una
circulación progresivamente más defectuosa), utiliza un método de análisis de la
composición corporal.

La dietista obtiene en la primera sesión con cada persona las cifras que reflejan, entre
otros, los kilos de grasa corporal, la retención de líquidos en sangre por mala circulación
sanguínea, y el metabolismo basal (las calorías que esa persona precisa). También está pendiente de su tensión arterial y del número de pulsaciones, lo que adquiere una gran importancia, por ejemplo, cuando para ayudar en el control del peso se debe decidir la utilización o no de unas u
otras plantas medicinales: es el caso de Fucus o de Cola de caballo.

Periódicamente se controlan los tres factores (grasa, líquidos, metabolismo), variando
de una persona a otra cuál es el factor prioritario a reducir; pero, en palabras de Paloma: “Siempre importa más bajar la grasa, que el peso”.

Con este sistema: “Se pretende no sólo bajar de peso, sino fundamentalmente mejorar
la alimentación a través de la modificación de los hábitos alimentarios. Mediante la
alimentación se va estimulando poco a poco las tiroides ––en general suelen presentarse
problemas de hipotiroidismo en la mayoría de las personas con problemas de obesidad—
con el objetivo de que con posterioridad la persona no vuelva a engordar, … Estimulación con
Fucus y modificación de la alimentación para que el metabolismo basal vaya aumentando y
no haya riesgo de un posterior aumento de peso, …”.

Tras perder los kilos que se estima necesarios
para una persona concreta, se lleva un control
de mantenimiento durante seis meses. En este
período se come de todo si bien con cierto control
alimentario: “Después de haber suprimido los
hidratos de carbono y el dulce, cuando se llega al momento del mantenimiento se reintroducen de
nuevo en la dieta con ciertas limitaciones: sólo
una vez en semana, por ejemplo”.

Diabetes y menopausia

Al preguntar a Paloma Armisén sobre la aplicación de este sistema a las personas con
diabetes, no duda en su respuesta: “Como el médico endocrino lleva un control exhaustivo
de la obesidad en los diabéticos, …, el control añadido sobre sus comidas y alimentación es
menos riguroso que sobre quienes no son diabéticos”.

La dietista enfatiza la asociación entre obesidad y menopausia: “Suele darse el problema
de la adquisición de mucho volumen generalmente en el vientre y de cintura para abajo,
crecimiento del abdomen por alteración del desarrollo hormonal, aumento de peso, el
metabolismo basal baja, por lo que hay que tener más cuidado con la alimentación. Sin
olvidar, claro está, la importancia del factor psicológico”.

Con respecto al necesario control de las
hormonas, para hacer frente al desarreglo hormonal, tampoco duda al señalar tajantemente
que resulta imprescindible el Aceite de Onagra.

En su opinión, el tratamiento de la obesidad necesariamente ha de ser complejo. También
las causas lo son: “La obesidad puede deberse a causas hormonales en chicas jóvenes, a
desarreglos menstruales, por tomar la píldora anticonceptiva, por tratamientos con cortisona,
por otros problemas de salud, por la menopausia, por problemas y causas genéticas, …”.

Para terminar, y en palabras de Paloma Armisén: “Este método, en contraposición a otros
sistemas o tratamientos, no produce alteraciones o problemas como aquéllos que utilizan
fármacos. Todos los productos que se utilizan son productos naturales, registrados
por Sanidad, frente a otros tratamientos que producen una atrofia del metabolismo por ser
compuestos de hipotálamo con anfetaminas. Es un tratamiento natural, de modificación de
la alimentación. Se les enseña a comer de todo, con muy pocas exclusiones. Es, por tanto,
un método de enseñanza de las costumbres alimentarias”.

Fucus y Cola de Caballo

Fucus es un alga rica en oligoelementos y sales minerales (yodo, potasio, bromo, cloro,
magnesio, calcio, hierro, sílice), vitaminas y provitaminas A y D.

Es remineralizante, estimula
las tiroides y favorece los procesos catabólicos, por lo que se usa en terapias de obesidad;
es diurética, protectora de las mucosas digestivas, laxante suave, antidiarreica y hemostática
local.

Indicada en hipotiroidismo, adiposis, bulimia, gota, úlcera gastroduodenal,
reumatismo, estreñimiento, diarrea, heridas, ulceración dérmica, hemorragia dental, …

Puede,
sin embargo, estar contraindicada para las personas hipertensas y para las hipertiroideas.

Cola de Caballo es una planta rica en sales de sílice, potasio, magnesio, aluminio,
flavonoides, vitamina C, …

De propiedades remineralizantes, aumenta la elasticidad de los
tejidos, es antirreumática, antianémica, hemostática y diurética, aumenta las defensas
inespecíficas del organismo y en uso externo es cicatrizante.

Indicada en fatiga y
convalecencia, anemia, consolidación de fracturas, osteoporosis, obesidad, hipertensión,
oliguria, cistitis, prostatitis, hemorragia nasal, dismenorrea, hemorroides, úlcera
gastroduodenal, heridas, …

Contraindicada en cambio en el caso de los hipotensos, ya que
baja aún más la tensión arterial, y de las personas hipotiroideas.

(artículo publicado en Conocer Arganzuela nº 70, abril de 1998)

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