«Sahara Occidental, Plantas y Usos». Usos y costumbres del pueblo saharaui relacionadas con los recursos vegetales. Estudio etnobotánico del Sahara Occidental

SAHARA OCCIDENTAL, PLANTAS Y USOS

Desde el abandono del territorio por España y la ocupación marroquí, en 1975/76, la mayoría de la población saharaui vive asentada en los campamentos de refugiados en la hamada argelina de Tinduf. Algunas familias combinan la vida de los campamentos con el nomadeo, durante una parte del año, en los territorios bajo control saharaui; aunque ello ha debido de contribuir a la conservación de las tradiciones etnobotánicas, para una gran parte de la población, el desarraigo geográfico y la falta de contacto con la diversidad del medio, con las plantas y sus usos, ha supuesto una pérdida de estos conocimientos caracterizados por la transmisión oral y la experiencia cercana. En la situación actual es previsible que el proceso se acelere, con el cambio generacional, pudiendo perderse un patrimonio colectivo resultado de siglos.

La información que se presenta sobre las plantas y sus formas de uso se ha obtenido entrevistando a casi quinientas personas de variada edad y condición. Las entrevistas se han llevado a cabo en los campamentos de Tinduf (Auserd, Smara, Dajla, El Aaiún, 27 de Febrero…) y a lo largo de los territorios liberados del Zemmur y del Tiris.

Salvo escasas excepciones se han utilizado únicamente los datos de primera mano, conocimientos vivos obtenidos directamente en las entrevistas del equipo, ya que en la bibliografía existente, aunque valiosa, se repiten datos ajenos sin confirmar y puede presentar errores que se trasmiten y mantienen al utilizarla como fuente. En los usos medicinales nos limitamos a transcribir la información de los entrevistados, sin afirmar ni negar la bondad o eficacia de la práctica.

Un buen número de plantas que se recogen sirven “sólo” como alimento de camellos y cabras. No hace falta avisar al lector de la importancia que tiene el conocimiento de las especies con valor pascícola para un pueblo cuya forma de vida se ha basado en trasladar los rebaños al lugar donde éstas han verdeado.

De entre las dificultades con las que nos hemos encontrado en el transcurso del trabajo, las más engorrosas (a pesar de la bibliografía existente) se han dado en la identificación botánica de la especie a la que se alude en la entrevista. Los conocimientos se difunden por transmisión oral, y ello provoca variaciones e inexactitudes en los nombres comunes. Por otra parte, la lengua hasanía, como dialecto árabe, tiene sonidos inexistentes en castellano, lo que hace la transliteración considerablemente difícil para los ajenos a la lingüística. Estas circunstancias han hecho imposible, en algún caso, pese a la labor de herborización llevada a cabo por el equipo, encontrar una correspondencia convincente entre el nombre vernáculo y una especie botánica concreta.

Somos conscientes de que se ha recogido sólo una parte de los usos de las plantas de la región, pero las limitaciones en la duración del proyecto, y las circunstancias políticas de la ocupación de la mayor parte del territorio, imponen las condiciones y marcan los resultados. El trabajo que presentamos quiere ser una modesta aportación a la conservación del patrimonio cultural y al mantenimiento de las señas de identidad del pueblo saharaui.

Esta publicación es el resultado del trabajo de un equipo mixto integrado por cinco saharauis, residentes en los campamentos de refugiados de Tinduf, y por tres profesores de la Universidad Complutense de Madrid.

SaharaLibre.es

(27 de setiembre de 2010)

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UPV / EHU
Web Islam, 30 julio 2010

Sería interesante contrastar más las plantas medicinales . Echeazarra ha conocido el sistema sanitario de los campamentos saharauis, gracias a lo cual ha descubierto su ’medicina verde

Leire Echeazarra, investigadora de la Facultad de Farmacia de la UPV/EHU, llevaba tiempo con la idea de colaborar con el pueblo saharaui. Hasta que, en abril del año pasado, finalmente se animó a pasar diez días entre haimas, “para conocer la situación socio-política del pueblo saharaui y, en la medida de lo posible, para colaborar dentro de mi campo. Luego te das cuenta de que el mero hecho de ir allí y visitarles les supone un gran apoyo; así no se sienten olvidados”.

Su vocación por la medicina y la farmacología la llevaron a interesarse por el sistema sanitario existente en los campamentos de refugiados, descubriendo así su medicina tradicional, la denominada “medicina verde”. A su regreso, esto le impulsó a seguir investigando sobre las plantas medicinales utilizadas por el pueblo saharaui, y a intentar establecer vínculos para colaborar con el Sahara Occidental, intentando dar a conocer la cultura y la realidad de los refugiados.

Afalayit, Ascaf, Eizen … Los nombres de estas plantas son bastante desconocidos para la mayoría, aunque Echeazarra afirma que no en la farmacología. De hecho, los saharauis les han encontrado decenas de aplicaciones: desde el asma a las enfermedades de la piel, pasando por el dolor de muelas. No hay un manual al uso para la medicina verde saharaui, aunque la investigadora tiene claro que ellos son expertos “a su manera”. Según explica, “tienen unas formas concretas de prepararlo: en emplastes, o con leche de camella, o junto al té … Y también de secar las hojas, de cortarlas y de conservarlas”.

El problema, según la farmacóloga, es la falta de precisión en su aplicación: “Sería interesante contrastar más las plantas medicinales y formar a la gente —a los saharauis— en su uso para que las utilizaran mejor, con mayor conocimiento. Un problema que tienen es que a veces sufren intoxicaciones, porque no controlan la dosis o porque confunden unas plantas con otras que, en ocasiones, resultan ser tóxicas”. En labores de formación como ésta, el apoyo de organizaciones voluntarias no está de más, pero Echeazarra recuerda que hay que actuar con respeto hacia sus tradiciones y “no pisar”, para ayudarles a preservar tesoros como la medicina verde.

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(25 de febrero de 2011)