Yerba Mate

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Además, y según Pedro Pérez de Paz y Consuelo Hernández , el mate es una planta de uso muy arraigado en las islas Canarias debido a sus propiedades como tonificante del sistema nervioso, estimulante, diurética y eupéptica o digestiva: «Muy determinantes han sido los vínculos históricos y culturales del archipiélago canario con Hispanoamérica, que han motivado la importación de modas o costumbres de estos países y con ellas la introducción directa o indirecta de muchas especies de aquellas tierras. Algunas se cultivan en los jardines o huertos familiares, otras como el boldo o el mate se consumen manufacturadas».

De acuerdo con Eduardo Dellacassa y Arnaldo Bandoni , de la Cátedra de Farmacognosia de las universidades de Montevideo (Uruguay) y Buenos Aires (Argentina), respectivamente, la utilización de la hoja de mate para preparar bebidas estimulantes y con finalidad medicinal proviene de las tradiciones del pueblo guaraní, para quienes aseguraba la salud, vitalidad y longevidad.

Marisol Sanz afirma que la aparición y el consumo de yerba mate se remonta según las leyendas a tiempos en que los indios vivían en tribus y no conocían todavía la existencia del hombre blanco: «En todas las leyendas surge como premio a la hospitalidad con la que los indígenas, por muy pobres que fueran, acogían a los forasteros, convirtiéndolos rápidamente en huéspedes de honor, …, En tiempos de la colonización española existía un fuerte intercambio de yerba mate entre las tribus del Paraná, poseedoras de la planta, y tribus de Bolivia, Perú y Chile, zonas donde no se cultivaba. En muchas regiones el intercambio de yerba mate se convirtió en equivalente general de la moneda de cambio, era un artículo de consumo propio y a la vez se había convertido en primera mercadería de los intercambios».

Los jesuitas llegados con los conquistadores españoles promueven el uso de la yerba por su actividad estimulante, para aumentar el trabajo de los indios y disminuir su consumo de alcohol, desarrollan el cultivo del mate como base económica de su sistema de misiones en el alto Paraná, y la yerba mate pasa a ser conocida como té jesuita.

Usos populares

La yerba mate se comercializa sobre todo como producto alimentario en los países de donde es originaria, y así, por ejemplo, está incluída en el Código Alimentario Argentino.

La infusión de hojas y ramas pequeñas se emplea como estimulante suave del sistema nervioso central, contribuye a eliminar la fatiga y estimula la actividad mental y física. Se incluye en formulaciones para reducción de peso y se atribuye a la infusión de yerba mate un aumento de la diuresis y un efecto laxante. Sirve además como medio para consumir otras plantas medicinales con las que se mezcla, por ejemplo hojas de menta y cedrón, boldo y cepacaballo, poleo y ruda, ombú y cáscara de naranja.

Marisol Sanz entiende que la yerba mate tiene grandes cualidades nutritivas y reconstituyentes: «Ejerce una estimulación general en el cuerpo humano, conviene en las comidas por activar la digestión y facilitar la asimilación de los alimentos, también influye en el aparato circulatorio, en la fuerza muscular y en la activación intelectual, y se aconseja como excelente tónico para los nervios».

Además, prosigue, ya en 1937 el Dr. Pedro Escudero, director del Instituto de Nutrición de Argentina, demostró científicamente que la infusión de yerba mate es una fuente rica y útil de vitamina C: analizadas 11 muestras de diferentes precios y calidades, todas contenían vitamina C en cantidades variables, entre 15 y 31 mg de ácido ascórbico por cada 100 g de yerba mate, con un promedio global de 22 mg de vitamina, equivalente a 440 unidades de vitamina C. Tal y como recoge Sanz, según el Dr. Escudero: «La toma de yerba mate previene el escorbuto, enfermedad provocada por la carencia de vitamina C, y que consiste en hemorragias, en especial en las encías y en la piel, con tendencia a la ulceración, depresión nerviosa, anemia y otras repercusiones sobre el cuerpo».

En su opinión, desde el punto de vista nutricional el valor del mate se comprueba en primer lugar por pruebas prácticas y sólo después con el análisis y la experimentación científica. Así, la prueba práctica se demuestra en la vida y costumbres de las zonas hierbateras: tradicionalmente es conocida la resistencia de los paisanos, tanto en viajes como en su actividad campesina hay días que los pasan básicamente con repetidas infusiones de mate, sin sentir fatiga y conservando su buen humor y buena disposición. Cuando la ciencia examina químicamente el mate encuentra una composición idéntica a los demás alimentos conocidos como estimulantes.

Su importante acción nutritiva, añade Marisol Sanz, se debe no sólo a las resinas, gomas y materias albuminoides capaces de ser asimiladas que contiene, sino sobre todo por integrarse al organismo como un alimento de ahorro que retarda la desasimilación: «El mate es beneficioso pues permite un ayuno prolongado, en caso de alimentación deficiente restablece el equilibrio e impide la desnutrición del organismo, …, Sustituye en gran parte a los alimentos vegetales en poblaciones que viven a base de carne y desconocen el pan. Remedia las insuficiencias de un mal régimen alimentario y disminuye el cansancio y estimula la energía, …, Puede atenuar la fatiga del calor de los trópicos y permite utilizar al máximo la energía latente del hombre, …, Su alcaloide, la mateína, tiene las propiedades de la cafeína pero sin sus inconvenientes, y su acción estimulante es menor que la del café porque no causa insomnio ni agitación nerviosa».

El Dr. Jorge D. Pamplona Roger afirma que el mate es una bebida muy popular en América del sur, especialmente en las regiones en las que la dieta es a base de carne. Su aroma recuerda al del té, lo mismo que su composición química y efectos. Opina que como planta medicinal se puede aplicar en caso de cefalea, congestión cerebral por el calor e insolación, y lipotimia o desfallecimiento: «Teniendo en cuenta que el alivio que ofrece el mate es sintomático y no cura la causa, … En uso externo el mate se aplica en compresas por su acción antiséptica y cicatrizante, para lavar heridas infectadas y en el tratamiento de quemaduras».

El Dr. Josep Lluís Berdonces i Serra , que fija en unas 200.000 Tm (1999) la producción anual de mate del cono sur americano, donde se toma a modo de té, con azúcar quemado o zumo de limón, asegura que las mejores hojas son las de los árboles de 5-6 m de altura, en ejemplares de más de 4 años, y entre sus virtudes medicinales añade las de tónico estimulante, diurético y diaforético (=estimula la sudoración, secreción de humores y perspiración), y estimulante nervioso que acelera el ritmo cardíaco y la motilidad del intestino.

Composición, acciones e indicaciones

Los componentes más importantes del mate son los alcaloides purínicos o xantinas, entre ellos cafeína, teobromina y teofilina, las vitaminas A, E y complejo B, destaca su riqueza en vitamina C y contiene además taninos, ácidos clorogénicos, numerosas saponinas triterpénicas derivadas del ácido ursólico, flavonoides como kempferol y quercetina, antocianinas derivadas de la cianidina, azúcares como glucosa, fructosa y rafinosa, y oligoelementos como sodio, potasio, calcio, magnesio, cobre, hierro, manganeso y zinc, y más de 100 componentes en la fracción volátil de la yerba mate.

Dellacassa y Bandoni consideran que la actividad antihipercolesterolémica de las saponinas del mate puede explicar la aparente contradicción entre hábitos alimentarios y estado sanitario de la población uruguaya: «Se ha demostrado que en Uruguay la prevalencia de enfermedades coronarias y otras cardiopatías así como la distribución de edad de la población presentan características similares a las de los países europeos, mientras que el consumo de carne per capita en este país es uno de los más altos del mundo». Los ácidos clorogénicos y flavonoides del mate tienen asimismo actividad antioxidante e inhiben la oxidación de las lipoproteínas de baja densidad (LDL o «colesterol bueno»).

Mientras la ingesta de una infusión de mate parece no influir en la absorción intestinal de hierro, sí aumenta la utilización de lípidos como sustrato oxidativo, lo que viene a aclarar en buena medida su acción coadyuvante en el tratamiento del sobrepeso. Está demostrado además que la infusión de mate reduce el apetito, debido a la presencia sinergizada de xantinas, terpenos, resinas y ácido clorogénico, así como que acelera el metabolismo hepático e incrementa la diuresis.

Ambos autores se refieren al posible efecto colerético (=secreción y excreción de bilis por el hígado) del mate y a la actividad antimicrobiana del aceite esencial de la hoja de mate y su posible interés para la protección dental por su acción protectora frente a bacterias que propician caries.

La monografía de la Comisión E del Ministerio de Sanidad alemán , referente de la fitoterapia europea, reconoce los usos de la hoja de mate derivados de su contenido en cafeína, astenia ocasional y fatiga física y psíquica, y detalla una serie de acciones que suponen un efecto benéfico en el tratamiento del sobrepeso: analéptica (=restauradora, excitante o estimulante), diurética (=aumenta la secreción de orina), inotropa positiva (=influencia positiva de los nervios cardíacos sobre la musculatura cardíaca), cronotropa positiva (=influencia positiva sobre la regularidad de la acción cardíaca), glucogenolítica (=disolución del glucógeno) y lipolítica (=disolución de las grasas en el curso de la digestión).

Precauciones

El mate no tiene toxicidad a las dosis habituales, de lo que es prueba evidente, sostienen Dellacassa y Bandoni, la enorme difusión de su uso en la región rioplatense: «La Comisión E señala que no se han descrito efectos secundarios, contraindicaciones o interacciones relacionadas con la utilización de la hoja de mate a dosis terapéuticas, que la propia comisión establece en una dosis media diaria de 3 g de yerba o la cantidad equivalente de sus preparados».

Existen sin embargo trabajos publicados que proporcionan otros datos, relacionados con el consumo de mate como bebida habitual o usado de forma crónica o prolongada, según los cuales a dosis altas puede aparecer excitación, insomnio, gastritis, náuseas y taquicardia debido a su contenido en cafeína, por lo que estaría contraindicado en caso de ansiedad, insomnio, taquicardia, hipertensión, y debería evitarse su utilización en caso de gastritis y úlcera gastroduodenal.

Para cebar o beber mate

La yerba se sirve en un recipiente especial, una calabaza seca y vacía de Lagenaria vulgaris denominada asimismo mate , que se llena con yerba mate picada para preparar la infusión y se toma con un tubo delgado o caña llamada bombilla , que en su interior tiene en un extremo un filtro para evitar la ingestión directa de las hojas y en el otro extremo una boquilla plana. Por último está la pava , de cobre, hierro y hierro enlozado, una especie de caldera o tetera utilizada para calentar el agua que luego se añade a la yerba, y cuya asa se asemeja al cuello de la hembra de los pavos. El mate, la bombilla y la pava son tres instrumentos fuertemente enraizados en la cultura y tradición del cono sur americano.

Eduardo Dellacassa y Arnaldo Bandoni proponen, para preparar o cebar el mate, colocar la yerba en la calabaza (mate) de modo que ocupe ¾ de su capacidad y, mientras se tapa la boca de la calabaza con la mano, agitarla suavemente para compactar la yerba y distribuir la parte pulverizada evitando que al succionar se tapone la bombilla. A continuación se vierte agua caliente, entre 60 y 80º C, sobre la yerba, que una vez húmeda se hincha en unos 3 a 5 minutos. Luego el extremo de la bombilla que tiene el filtro se introduce hasta el fondo del mate, donde se vierten pequeñas cantidades de agua muy caliente, entre 90 y 95º C, y se comienza a beber la infusión para lo que se sorbe el líquido a través de la bombilla hasta que sale aire y se produce un peculiar y típico sonido, operación que se repite con el mate circulando en la rueda de bebedores hasta que el sabor disminuye, momento en que la bombilla se saca de la yerba y se coloca en otro lugar del mate para darle vuelta y reiniciar la infusión. La bebida o cebadura finaliza cuando la infusión deja de tener sabor y se llega al mate lavado.